Así llegaron un día a la zona de lo que sería San Pedro, las primeras noticias de aquellos conquistadores. Eran los tiempos no lejanos al 11 de junio de 1580, en los que Don Juan de Garay hiciera efectiva la Segunda Fundación de Buenos Aires, dándole un hermoso nombre: Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto Santa María de los Buenos Aires.
Habían transcurrido cuarenta y cuatro años desde que Don Pedro de Mendoza plantara el Árbol de la Justicia en ese mismo lugar, actual Plaza de Mayo.
Y, tierras había para recompensar a los valientes acompañantes de Garay y también a los de Mendoza, cuando comenzaba a esbozarse lo que sería el Virreinato del Río de la Plata.
Las nuevas poblaciones comenzaban a crecer y recibían el aporte de la mano de obra barata provista por los barcos negreros arribados al Puerto Santa María de los Buenos Aires, haciendo uso de la esclavitud común por aquellos tiempos… “Época en que Gobernadores, Oidores, Alféreces Reales, Jueces, Militares, Cabildantes, y más de un Rey, bailaron al son de la música de tan rendidor negocio”. ( Juan M. Vigo, citado por el Historiador sampedrino Lic. Américo Enrique Piccagli, en su Obra “ Historia Documental de San Pedro”)
Tiempos en suma de ambiciones, juicios y litigios conducentes a la posesión de la tierra y la fortuna, compensación ansiada por los sacrificados viajes, los trabajos sufridos, las expediciones y aventuras que devoraban años y vidas.
Eran inmensos los territorios y el Soberano Español necesitaba consolidar el descubrimiento mediante la ocupación efectiva de las tierras… Debía promover su aprovechamiento económico en todas las potenciales tan declamadas en la Corte por quienes allí retornaban desde el Nuevo Mundo, portando oro, plata, piedras preciosas, vegetales y animales jamás imaginados…