Merced Real del 26 de agosto de 1748.
En 1743, debido a las condiciones precarias en que se encontraban los Presbíteros y Sacerdotes del lugar, el Cura de los Arrecifes Presbítero Francisco Antonio Goicochea, propuso la construcción de un Convento con el fin de atender y ayudar a los vecinos y residentes en el Paraje, donando con este fin tierras de su propiedad y dinero en efectivo.
La autorización pertinente fue concedida por el Rey Fernando VI mediante Real Cédula que firmó en El Buen Retiro el 26 de agosto de 1748. Esta fecha se ha tomado como precedente del inicio del Pueblo, puesto que alrededor del Convento comenzaron a agruparse las primeras construcciones que dieron nacimiento a la incipiente Villa.
En 1750, comenzó la construcción del Convento Recoleto de Franciscanos cuya conclusión demoró diez años, recurriéndose para ello al pedido de limosnas en el centro de riquezas por aquellas épocas: la región del Alto Perú.